21 Ago A pesar del humor del título. La Nación lo llamó: «HISTORICO».
El artista Bony Bullrcih y el piquetero Raúl Castells, unidos por el bien común. La Nación. 26 de noviembre de 2011 (por fernando Castro Nevares)
Qué tienen en común la legendaria mannequin Kouka, el empresario Cristiano Rattazzi, la artista Silvina Benguria, el quiosquero Enzo Morel y la líder piquetera Nina Peloso? Todos participaron, el miércoles, de una asamblea popular en el espacio Fiat Stile Italia, en el barrio de Retiro. Los responsables de la reunión fueron el artista Bony Bullrich y el piquetero Raúl Castells, dirigente del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD), conocido años atrás por reclamar alimentos a locales de comida rápida o supermercados, instalar un comedor comunitario en Puerto Madero y, ya con perfil más bajo, reciente candidato a gobernador de Santa Fe y a diputado nacional por la Alianza Compromiso Federal.
«Ayer a las 22.30 lo llamé a Castells y me dijo que estaba en el Chaco, en El impenetrable. Le pregunté: Castells, cómo va a hacer para recorrer 1600 kilómetros y estar mañana a las 18.30 en la asamblea? ¿Y si pincha? Me contestó: No se preocupe, Bony . Tengo muchas cubiertas. » Así, Bullrich inició la primera asamblea popular en un lugar paquete de Buenos Aires: sobre la recova de Posadas, entre Carlos Pellegrini y Cerrito, donde hasta el lunes expone una muestra retrospectiva.
No había pizza con champagne, tampoco tortas fritas. Con austeridad, y como muestra de unión entre la gente de Barrio Norte y los piqueteros del MIJD, unas promotoras ofrecían café y mate cocido.
Bony Bullrich se subió a un banquito y empezó a leer el orden del día. Dijo que una de las cosas más importantes que le pasaron en la vida fue conocer a Castells. Frente a él estaba el líder piquetero, escoltado por Nina Peloso, que llevaba vestido corto, zapatos blancos y cartera haciendo juego. Varios la ponderaron por su look. Ella daba razones: «En las asambleas siempre estaba en alpargatas, hasta con ojotas, pero acá tenía que venir bien arreglada».
¿Qué hago acá?
Castells y Bullrich compartieron sentimientos con los asistentes, gente de Retiro y Recoleta, amigos y parientes de Bullrich, y miembros del MIJD de distintos puntos de la ciudad y el conurbano, como Enzo Morel -dueño de un drugstore-, que llegó con sus dos hijas desde Lomas de Zamora.
«Al lado de los Indignados europeos, los piqueteros son una muestra de manifestación pacífica», dijo el artista plástico. Y también habló de mejorar la comunicación entre las cooperativas del movimiento (80 escuelas primarias y secundarias para adultos, 15 universidades populares, 59 centros de salud y 1100 comedores) y sumar profesionales en distintas áreas, y preparar un acto para conmemorar el quinto aniversario del primer piquete cultural alfombrado en La Matanza.
Castells, agradecido por la invitación de Bullrich, se preguntó: «¿Qué hace alguien como yo en un lugar como éste, con gente cómo ustedes?», y despertó la risa de muchos.
Hubo también felicitaciones a Peloso, recién recibida de profesora de Biología y Ciencias Naturales, y hasta condecoraciones. De hecho, las cubiertas, uno de los símbolos de protesta piquetera, el miércoles tuvieron otro significado. Es que Bullrich le entregó una cubierta dorada, intervenida por él, a la diputada electa Ramona Pucheta.
Uno de los momentos más emotivos lo aportó Castells, cuando contó cómo había cambiado su visión del mundo. O al menos de ese mundo tan particular para él como Recoleta. «Gracias a Bony Bullrich no cuereamos más a los de Recoleta», declaró con énfasis. Un gran aplauso ahogó sus palabras.
El reloj de Mirtha
La curadora Cristina Dompé interrumpió la asamblea para invitar a marchar hasta una galería cercana, donde se inauguraba la muestra del artista Roberto Tabbush. La propuesta fue aceptada por unanimidad.
Pero, antes de terminar, los asambleístas participaron de un sorteo: el reloj que Mirtha Legrand le regaló a Peloso cuando almorzó en su programa. Como para prevenir malos entendidos y versiones que llegarían a la señora de los almuerzos televisivos, Castells aclaró que cualquier ayuda que reciben (plata, donaciones) es de la comunidad. La ganadora fue la diseñadora de joyas Anetka de la Lastra que, emocionada, confesó: «No lo puedo creer. ¡Nunca me gano nada!»
Pasadas las 20.15, Castells, Peloso y Bullrich, abrazados los tres, y un grupo de unas 30 personas, salieron rumbo a la galería El Socorro, en Suipacha entre Arroyo y Juncal. Por supuesto hubo corte de calles. Un minuto, al menos. Y de eso se encargó María Elena Leiva, con una remera amarilla del MIJD, que cortó el tránsito sobre Arroyo, frente a la iglesia Mater Admirabilis, y permitió que los participantes pudieran cruzar tranquilos.
«Entró un líder sindical», se escuchó en la galería, llena de invitados, donde abundaban las copas de champagne. «¿Es D’Elía?» «¿Es Pérsico?» «No, ¡es Castells!», se escuchó en otro rincón. Mientras, el dirigente piquetero y Nina Peloso eran el centro de todas las miradas y de todos los flashes, y objeto de muestras de cariño.
«Qué divinos», le comentó Josefina Cavanagh a su amiga Sofía Peña. Y, a una voz, exclamaron: «Son un amor».
Por: Fernando Castro Nevares
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